domingo, 4 de abril de 2010

En este mundo en que nos encontramos, donde la modernidad nos obliga a vivir mas acelerados, cuando los sucesos a nivel regional y mundial se saben de manera instantánea, en donde debemos procesarla información en milésimas de segundos, nos detenemos un momento a meditar que vivimos de manera fugaz. La sociedad exige rapidez en los trámites, compras, pagos de cuentas, viajes y cada vez se hace más necesario tener más tiempo para descansar o estar con la familia, tiempo que no existe. Todo esto ha llevado a la sociedad a ser mas egoísta, sin sentimientos, estamos más airados y con el mal genio a flor de piel. Somos menos felices. Todo esto no solo ha afectado a la sociedad sino que también a la iglesia, a las familias cristianas, a los matrimonios y también a la juventud.


Es por eso que se hace necesario recibir ayuda para poder continuar, confiar en alguien para poder descansar, que nos entienda, que nos apoye en momentos se dificultad, que pueda reconfortar nuestro espíritu para poder continuar
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¿Donde encontrar esa ayuda?
Toda la ayuda que el ser humano necesita solo Dios la puede dar
(Salmos 139:16)


¿Que logramos con esa ayuda?
 Nuestra percepción de las cosas se transforma cuando nos acercamos a Dios
(Hebreos 14:16)
Aprendemos que la vida es mucho más que vivir un momento.
(Filipenses 3:7-8)
Reconocemos que toda nuestra vida debe girar mentalizada en la eternidad, porque fuimos creados para vivir para siempre. La vida comparada con la eternidad extremadamente breve, la tierra es solo una residencia temporal. (Eclesiastés 3-7)  los verdaderos creyentes entendemos que la vida es mucho mas que lo que podemos adquirir en la tierra. (2 corintios 4:18) comprendemos que Dios permite que pasemos algún grado de dificultad, nunca mas allá que lo podemos soportar, pero es para saber que nuestra felicidad no esta en la tierra. (1 corintios 10:13) 

 aceptamos que la gloria de Dios se ve reflejada en todas partes, desde las partículas mas pequeñas hasta las cosas mas lejanas en el firmamento. (Colosenses 1:16) aprendemos que fuimos creados para agradar a Dios (salmos 149:4) descubrimos por ultimo una vida de adoración “hacer todo para Jesús” (colosenses 3:23).