viernes, 2 de abril de 2010

¿Son confiables los documentos bíblicos?



El nuevo testamento es la principal fuente histórica que nos provee información acerca de Jesús. Debido a esto, durante los siglos XIX y XX, muchos críticos, han atacado la confiabilidad de los documentos bíblicos. Tal parece que hay una constante oleada de acusaciones que no tienen fundamento histórico, o que han sido descartadas por la investigación y por los descubrimientos arqueológicos.
En cierta ocasión, mientras escuchaba unas conferencias, un profesor de literatura, se acerco, después de  concluir la charla dijo:” hay algunos que basan sus afirmaciones con respecto a Cristo en documentos secundarios que están obsoletos, porque hoy demostré en mi clase que el Nuevo Testamento fue escrito mucho tiempo después de Cristo; por lo cual, lo que allí se registra no puede ser exacto.
Pero las opiniones o conclusiones de ese profesor con respecto al Nuevo Testamento tienen 25 años de atraso, y tienen su origen en las conclusiones del critico alemán, F.C.Baur. Este supuso que la mayoría de las escrituras del Nuevo Testamento no fueron escritas sino casi al final del siglo segundo A.C., y llegó a la conclusión de que estos manuscritos procedían básicamente de mitos y leyendas desarrolladas durante el periodo transcurrido entre la vida de Jesús y el tiempo en que los documentos fueron escritos.

Sin embargo, en siglo XX, los descubrimientos arqueológicos han confirmado la exactitud de los manuscritos del Nuevo Testamento. El descubrimiento de los antiguos manuscritos (el manuscrito John Ryland, 130 A.C.; el papiro Chester Beatty, 155 A.C.; y el papiro Bodmer II, del año 200) sirvió de puente entre el tiempo de Cristo y los manuscritos existentes de fecha posterior.
Millar Burrows de la universidad de Yale, dice: “otro resultado de comparar el Nuevo Testamento griego con el lenguaje de los papiros (descubiertos), es el aumento de confianza en la exacta transmisión del texto del Nuevo Testamento”. Descubrimientos de esta naturaleza han acrecentado la seguridad de los eruditos en la confiabilidad de la Biblia.
William Albright, considerado el mas destacado arqueólogo bíblico a nivel mundial, escribe:” podemos afirmar con absoluta seguridad que ya no hay ninguna base solida para determinar  el tiempo en que se escribió el Nuevo Testamento en fecha posterior al año 80 A.C. Esto quiere decir que fue escrito dos generaciones antes de las fechas indicadas por los críticos contemporáneos más radicales del Nuevo Testamento, los cuales son los años  130 y 150, El reitera este concepto en una entrevista concedida en la revista Christianity today (cristianismo hoy):” en mi opinión, cada uno de los libros del Nuevo Testamento fue escrito por un judío bautizado entre los años 40 y el 80 del primer sigo A.C. ( es muy probable que haya ocurrido entre el año 50 y el 75)”.
Sir William Ramsay es considerado unos de los arqueólogos de más renombre en la historia. Estudio en una escuela alemana de historia que enseñaba que el libro de los hechos fue producto de la mitad del siglo segundo A.C. y no del primer siglo, como el libro parece dar a entender. Luego de leer la crítica moderna acerca del libro de los Hechos, llegó al convencimiento de que ese no era un documento fidedigno con relación a los acontecimientos de ese periodo de la historia (el año 50 A.C.) y que por lo tanto no merecía que lo tuviera en consideración u historiador. Así que, en su investigación sobre la historia del Asia Menor, Ramsay le puso muy poca atención al nuevo Testamento.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, su investigación lo obligo a considerar los escritos de Lucas. Observo la meticulosa precisión de los detalles históricos, y paulatinamente empezó a cambiar su actitud hacia el libro de los Hechos. Se vio forzado s concluir que “Lucas es un historiador de primera categoría…este autor debe ser colocado al lado de los demás grandes historiadores”.  Como consecuencia de la exactitud de los detalles, Ramsay acepto al fin de los Hechos  no era un documento del siglo segundo sino del primero.


¿Que hace a Jesús tan diferente?


A través de los siglos han tenido opiniones divididas con respecto al significado de esta pregunta, ¿quién es Jesús? Un gran líder religioso?  Fue mucho más que eso…

Lo que realmente me pregunto es…

¿Qué dice la ciencia de Jesús?

Muchas personas tratan de aplazar su dedicación personal a Cristo, al divulgar la hipótesis de que, si no se puede probar algo científicamente, tal cosa no es verdad ni digna de aceptación. Puesto que la deidad y la resurrección de Jesús, no se pueden probar científicamente, las personas del siglo XX concluyen equivocadamente que no pueden aceptar a Cristo como salvador ni creer en Su resurrección.
Me pregunto… ¿puede usted probarlo científicamente?
Su respuesta podrá ser, bueno no, no soy científico (a). Le cuento esto, en un vuelo a Boston, había un hombre que le hablaba a un pasajero que estaba a su lado, del porque El creía que Cristo era lo que el mismo había afirmado que era. Un piloto que pasaba cerca de ellos escuchando lo que el cristiano decía se acerco, y le dijo: usted tiene un problema!  El cristiano respondió: ¿Cuál problema? El piloto le dice: qué usted no puede probar eso científicamente.
Es sorprendente la mentalidad a la que ha descendido la humanidad moderna. De algún modo, en la actualidad tenemos muchísimas personas que sustentan la opinión de que, si algo no puede ser probado científicamente, no es verdadero. Bueno, ¡eso no es verdad¡ existe un problema para probar cualquier cosa relacionada con una persona o un acontecimiento histórico. Debemos entender la diferencia que existe entre la prueba científica y lo que algunos llamamos la prueba histórica legal. Déjenme explicar estas dos clases de prueba.
La prueba científica se basa en la demostración de que algo es un hecho mediante la repetición del mismo en presencia de la persona que lo cuestiona. Hay un ambiente controlado en que pueden hacerse las observaciones, deducir datos y verificar empíricamente la hipótesis.
Ramón Canal, licenciado en filosofía y letras explicando las pruebas científicas dice:”toda ciencia utiliza para su trabajo teórico un método objetivo. Este método consiste en un conjunto de criterios específicos que tienden a determinar decisivamente la validez de la teoría. Estos procedimientos de verificación reciben la denominación general de experimentación. La experimentación consiste en una institución sistemática de experiencias, en la construcción controlada de situaciones nuevas destinadas a contrastar  materialmente la hipótesis y resultados de una teoría científica. Está, por lo tanto, articulada con la teoría: experimentación y teoría son los medios de trabajo que constituyen la condición misma de una investigación científica.




La prueba de la verdad de una hipótesis mediante el uso de experimentos controlados es una de las claves técnicas del moderno método científico. Por ejemplo, alguien dice:”el Jabón marca Ivory no flota”. Llevo, pues, a la persona a la cocina, vierto 20 centímetros  de agua en el fregadero de los platos, a una temperatura de 82,7 grados F. y dejo caer allí el Jabón. Se hacen las observaciones, se sacan los datos, y con esto ha sido verificada empíricamente una hipótesis: el jabón marca Ivory flota.
Ahora bien, si el método científico fuera el único método para probar algo, no podrías probar que estuviste en tu primera hora clase esta mañana, o que hoy almorzaste. No hay modo de repetir esos eventos en una situación controlada.
Esto es lo que llamamos la prueba histórica legal, que se basa en demostrar que algo es un hecho que está fuera de toda duda razonable. En otros términos, se llega a un veredicto basado en el peso de las evidencias. Esto, quiere decir, que no haya base razonable para dudar de la decisión. Esta prueba depende de tres tipos de testimonio: el testimonio oral, el testimonio escrito y la exhibición de objetos (tales como un rifle, una bala, una libreta). Si usamos el método legal para determinar lo que ocurrió, podemos probar muy bien fuera de cualquier duda razonable que estuvimos en clase, esta mañana: los amigos nos vieron, tenemos los apuntes que tomamos en clases, el profesor nos recuerda.
El método científico sólo puede usarse para probar lo que se puede repetir. No es adecuado para probar o desaprobar muchos asuntos con respecto a una persona o a un evento histórico. El método científico no es apropiado para responder a preguntas como estas:” ¿vivió Jorge Washington?”  “ ¿Fue Martin Luther King un dirigente que defendió los derechos civiles?” “¿Quién fue Jesús de Nazaret?” “¿Fue Roberto Kennedy procurador general de los Estados Unidos  de Norteamérica?” “¿Resucitó Jesucristo de entre los muertos?” las respuestas para estas preguntas están fuera de la esfera de la prueba científica, y tenemos que colocarlas en el ámbito de la prueba legal. En otras palabras, el método científico, en la observación, la acumulación de datos, la hipótesis, la deducción y la verificación experimental para hallar y explicarlas regularidades empíricas de la naturaleza, no tiene las respuestas finales para preguntas como éstas: “¿se puede probar la resurrección?” “¿se puede probar que Jesús es el hijo de Dios?” cuando los hombres y las mujeres confían en el método histórico legal, tienen que examinar la veracidad de los testimonios.
Unas de las cosas que mas me ha llamado la atención es que la fe cristiana no es una fe ciega e ignorante, sino mas bien una fe inteligente, racional, cada vez que en la biblia se invita a una persona para que ejerza la fe, se trata de una fe inteligente, Jesús dijo en san Juan 8:”…conoceréis la verdad”, no dijo: la ignoréis. A Cristo se le preguntó: “¿cuál  es el gran mandamiento en la ley?” Él respondió:
“amaras al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda…tu mente”. El problema que tienen muchas personas es que aparentemente se quedan en lo relacionado con el corazón. Los hechos relacionados con Cristo nunca les llegan a la mente. Dios nos dio una mente que ha sido renovada por el Espíritu Santo para que conozcamos a Dios, y también un corazón para amarlo y una voluntad para escogerlo. Necesitamos funcionar en cada uno de los tres aspectos para tener una máxima relación con Dios y glorificarlo. No sé  lo que te pasa a ti, pero con respecto a mí, mi corazón no puede regocijarse en lo que mi mente ha rechazado. Mi corazón y mi mente fueron creados para trabajar conjuntamente en armonía. Nunca ha sido llamado un individuo para que cometa un suicidio intelectual al confiar en Cristo como salvador y señor.