sábado, 24 de abril de 2010


¿Que dice la Biblia acerca de donar órganos?


La Biblia dice que nosotros fuimos formados de la tierra y es evidente que cuando morimos, a la tierra volveremos y tierra nos convertimos.

Eso significa que nuestros órganos no tienen ninguna relación con nuestro estado espiritual cuando morimos. Siendo esto así, no veo ninguna razón ética, moral o religiosa por la cual proporcionar ciertos órganos en donación. Esto representa un acto magnánimo de amor.

En estos momentos, más de 82,000 personas se encuentran a la espera de trasplantes de órganos, solamente en EE.UU. La necesidad es urgente. Pues si la necesidad es tan apremiante y si usted muere usted puede bendecir a otra persona con alguno de sus órganos, estamos de acuerdo con que lo haga.

Las técnicas de trasplante de órganos tales como el hígado, el corazón, pulmones, córnea, etc. eran técnicas totalmente desconocidas e imaginables en tiempos bíblicos. Es por eso que la Biblia parece no tratar el tema. Sin embargo, nuestro Salvador nosdice:


"Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos." (Juan 15:13).
Basándonos en este principio y mandamiento, donar algunos de sus órganos es una muestra de su entrega hacia los demás, al tiempo que se imita al que lo dio todo por aquellos que éramos culpables. Cristo no dio sus órganos… Él dio su vida y su gloria por nosotros. Esa fue la última y más grande donación/sacrificio.


"El Hijo del hombre, no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos." Mateo 20:28
Por esta y otras razones creo que es completamente apropiado que una persona done sus órganos. La donación de órganos como la córnea de los ojos a un banco de órganos después de la muerte para que un ciego pueda ver, es una muestra magnánima de amor y entrega por los demás. 


El día del Rapto se nos dará un cuerpo semejante al que teníamos cuando vivíamos sin importar que ya hacía años que nuestro cuerpo estaba enterrado y convertido en polvo.


"No todos moriremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados, pues es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad. Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Sorbida es la muerte en victoria». ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?, porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley." 1 Corintios 15:51-56